sábado, 22 de agosto de 2009

4. religion


Religión Inca
Fue la inca ante todo una región estatal y teocrática que presentaba al emperador como hijo del sol, pero que, con sagaz visión política, supo incorporar los dioses en las creencias de los pueblos conquistados.
Panteón Inca: El dios Sol, Inti, estaba considerado como el progenitor de la nobleza inca, que lo llamaba "padre". En torno a inti se ordenaban los cultos rituales y a el se dedicaron los principales templos. El emperador Pachacútec, muerto en 1417, nombro, deidad suprema del imperio a Viracocha, que remplazó así al dios sol. Viracocha, estaba considerado en los mitos y leyendas como el creador de la tierra, de los hombres y de los animales, y al mismo tiempo como dios un héroe civilizador. De el se decía que era el anciano del cielo" y "el maestro del mundo".
La reforma de Pachacútec fue justificada por este en virtud de una aparición de Viracocha que condujo al emperador a la victoria contra los chancas. Lo probable es que en su celo reformador influyera, el deseo de unificar las creencias del imperio, y una creciente tendencia hacia la abstracción en la teología inca.
Otro dios era Apu Illapa, señor del trueno, el rayo y la lluvia; enviaba la lluvia para regar el sembrado. A el se dirigían peregrinaciones y sacrificios, a veces humanos, en tiempos de sequía. Entre las deidades femeninas, Mamaquilla era lka luna, hermana y esposa del sol, que regulaba el ciclo menstrual femenino y el calendario de fiestas agrícolas y religiosas. Los pescadores de la costa rezaban a Mamacocha, diosa del mar. Pacha Mama, era la designación de la madre tierra, protectora de los rebaños de llamas. Su pareja masculina, Pachacamac, era adorado sobre todo en la costa. También las estrellas constituían otras tanta manifestaciones divinas.
Culto religioso: Las ceremonias se celebraban al aire libre, y por ello la mayoría de los templos solo comprendían la celda del dios y unas habitaciones para los sacerdotes encargados del culto.
Templos y casta sacerdotal. Grandes templos se levantaron en ciertos puntos clave, él más grande de todos los templos incaicos era el Coricancha, en el Cuzco, el cual estaba consagrado el dios Sol. De acuerdo con los cronistas españoles, la gran sala del sol tenia solo una estrada y en su interior había un altar, imágenes de los dioses, objetos que allí estaban eran de oro puro y las paredes también estaban decoradas con oro.
Junto al temple del Cuzco, estaban situadas la casa del saber y la casa de las doncellas escogidas que permanecían castas y dedicadas al culto.
En los templos trabajaban unas mujeres que recibían el nombre de mamacunas, o sea, vírgenes del sol. Estas jóvenes eran seleccionadas entre las mujeres escogidas. Nunca se casaban y durante tres años recibían una educación especial que las preparaba para llevar una vida consagrada al dios sol.
Las vírgenes del sol intervenían en las ceremonias religiosas y eran las encargadas de preparar la chicha. También tejían las delicadas telas con las cuales se confeccionaban las prendas del emperador.
La casta sacerdotal detentaba un enorme poder. Los sacerdotes eran considerados como funcionarios imperiales y estaban regidos por el sacerdote principal radicado en el templo de Cuzco.
Practicas religiosas: Los sacrificios eran parte esencial de las practicas religiosas incaicas. Las grandes ocasiones requerían sacrificios animales o humanos, pero lo más casual era que consistieran en ofrendas de flores, bebidas, o vestidos que eran arrojados al fuego sagrado. También como ofrenda estaba la coca. Esta no solo se ofrendaba a los dioses, sino que también la tomaban los sacerdotes en determinadas ceremonias, la cual les provocaba visiones.
Los sacrificios a seres humanos sucedían solamente en épocas de terribles dificultades. Aquellos que eran elegidos, para ser sacrificados se consideraban altamente honrados; tal honor recaía por lo general sobre los niños y jóvenes mas hermosos, de cualquiera de los dos sexos, y la víctima marchaba al sacrificio esperando una vida placentera en el otro mundo.
Los sacerdotes más importantes eran nobles. Los de menor jerarquía eran campesinos que, por ser ancianos, no trabajaban en los campos. Los sacerdotes cuidaban los objetos sagrados, celebraban las ceremonias religiosas, hacían sacrificios, interpretaban los mensajes de los dioses y curaban a los enfermos. También escuchaban confesiones. Los incas pensaban que los pecados de los hombres ofendían a los dioses quienes como castigo, enviaban desgracias a la tierra. Creían que no confesarse, o confesar solo parte de los pecados, era algo sumamente grave que enojaba mucho a los dioses.
Los incas consideraban sagrados mucho lugares y objetos, que se conocían con el nombre de huacas. Una huca podía ser casi cualquier cosa, un templo, una colina o una piedra.
Cada una tenia su propio espíritu, amistoso o enemigo, al cual había que mantener de buen humor mediante ofrendas, generalmente de maíz o de chicha.
Los ritos funerarios eran también muy importantes, pues los incas creían en la supervivencia tras la muerte. Al dios sol, Inti, a quien dedicaron sus principales templos.

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